Toda búsqueda de empleo tiene como punto de partida la definición del objetivo a conseguir. Es decir, antes de dar el primer paso hay que tener muy claro cuál es el puesto o puestos a los que pretendemos acceder.
En algunos casos estos objetivos serán más fáciles de definir que en otros, dependiendo de la formación, experiencia, motivación, etc., que se posea. Pero en cualquier caso, habrá que reflexionar en profundidad sobre las distintas alternativas que se nos ofrece.
Lógicamente, en la medida que seas muy selectivo/a y concreto/a a la hora de elegir el puesto o los puestos que te interesan, las dificultades para encontrarlos serán mayores. Por ello es recomendable considerar un abanico de opciones, de manera que tus posibilidades se puedan multiplicar.
Al mismo tiempo, no debes caer en la tentación de tener como objetivo "lo que salga", de esta manera tus esfuerzos estarán tan dispersos que no lograrás profundizar lo suficiente para obtener el éxito final.
Lo ideal es que hagas una lista reducida de empleos que a la vez que te interesan, intuyas que pueden encajar en tus posibilidades.